
Una riojana que le dijo sí a Dios: la historia de la hermana María Florencia de Jesús Siervo
La hermana María Florencia de Jesús Siervo, nacida en Ulapes, contó en Aire FM cómo fue su profesión religiosa en Chaco, su vocación franciscana y el mensaje que le deja a La Rioja.
La emoción se sintió desde el primer minuto de la charla. Al aire de Aire FM, la hermana María Florencia de Jesús Siervo, riojana oriunda de Ulapes, compartió el testimonio de un momento clave en su vida: el pasado viernes pronunció su “sí” definitivo a Dios y a la Iglesia, en una celebración profunda y muy esperada.
“Fue un día bellísimo”, resumió. “Es el día en que toda la Iglesia es testigo de un sí que humildemente pronunciamos en Dios y que Dios pronuncia en nosotros, con el deseo de entregar la vida y servir a toda la humanidad”.
De Ulapes al monasterio franciscano
María Florencia creció en Ulapes, en el sur de La Rioja. Allí nació, estudió y vivió hasta que se trasladó a Córdoba para seguir la carrera de Abogacía. Ese cambio de provincia marcó el inicio de un camino interior que la fue acercando a su vocación.
En Córdoba conoció a los frailes capuchinos y se reencontró con la vida de la Iglesia desde un lugar nuevo. “La experiencia de dejar la tierra propia, la familia, los afectos… esa soledad te pone en movimiento, te hace preguntarte quién sos, por qué estás en este mundo y en quién creés”, contó.
En ese proceso, la espiritualidad de San Francisco y Santa Clara de Asís fue tomando forma en su corazón: “Desde el compromiso con los jóvenes universitarios y la cercanía con la Iglesia, poco a poco se fue despertando la vocación y el carisma franciscano”.
Una vida de oración y comunidad
Hoy, la hermana María Florencia vive en un monasterio de vida contemplativa ubicado en la periferia de Resistencia, Chaco, en el límite con la ciudad de Fontana. Allí convive con otras nueve hermanas en una comunidad franciscana que alterna oración, trabajo y vida fraterna.
“Somos diez mujeres de diferentes edades y lugares, traídas por Dios a este monasterio. Vivir el Evangelio con otros siempre es un desafío cotidiano”, reconoció con sencillez.
El día a día está marcado por una fuerte rutina espiritual:
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Oración personal y comunitaria desde temprano.
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Eucaristía diaria.
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Momentos alternados de trabajo y adoración.
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Espacios de reunión y discernimiento por la tarde.
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Un cierre de jornada con un tiempo prolongado de oración.
“Muchos se acercan a pedir oración por distintas necesidades. Nosotras nos unimos a todos, a los que vienen y a los que no, pidiendo por cada vida”, expresó.
El nombre y el sentido del llamado
Sobre su nombre religioso, explicó que cada hermana lo discierne en oración: “No es algo caprichoso ni arbitrario. Creemos que es algo dado por Dios, que Él te va revelando poco a poco en el camino”.
Ella eligió llamarse María Florencia de Jesús Siervo. Ese nombre está asociado al misterio del Bautismo del Señor y al Jesús que se hace servidor: “Solo quien se sabe hijo muy amado del Padre puede brindarse en el servicio. Jesús Siervo es Jesús que elige vivir en servicio y entrega por sus hermanos”.
En la comunidad, más que el cumpleaños, celebran el día del nombre elegido, como una fiesta del llamado y del vínculo con Dios.
Un mensaje para La Rioja
La hermana María Florencia también quiso dejar unas palabras especialmente dirigidas a la comunidad riojana:
“Primero, quiero agradecer. La Rioja es mi tierra natal, el lugar donde crecí y recibí tanto bien. Es una tierra de mártires, y eso es un signo para nosotros. No tenemos que olvidarnos de quiénes somos”.
Compartió además el lema de su profesión religiosa, tomado de la experiencia del Bautismo de Jesús:
“Tú eres mi hijo muy amado”.
“En estos tiempos tan convulsionados, deseo que cada día podamos recordar que Dios Padre pronuncia esa palabra en el corazón de cada uno. Que sepamos que somos profundamente amados, sostenidos e incondicionalmente acompañados por Él”, dijo.
Y agregó que, frente a las situaciones dolorosas que muchas personas atraviesan, solo el amor puede sostener y volver a poner en camino:
“Que crezcamos en la certeza de sabernos amados por Dios y que cada uno pueda también decirle a Él: ‘Tú eres…’ Tú eres el amor, tú eres la belleza, tú eres la paciencia. Que eso se haga cotidiano para seguir creciendo como sociedad y como humanidad”.
Al finalizar la entrevista, la hermana agradeció el espacio y envió un saludo a toda la audiencia riojana, mientras que desde Aire FM renovaron el abrazo y el orgullo de contar con su testimonio al aire.